¿Cuántos embriones se deben de
transferir?
Una de las
preguntas que a menudo se nos plantea en el laboratorio de embriología tanto a
los biólogos como a los ginecólogos cuando repasamos diariamente las historias
en la sesión clínica, es el número de embriones que debemos de transferir a
determinadas parejas.
Lo más
frecuente es que se transfieran dos embriones. Esto nos permite aumentar la
posibilidad de embarazo frente a la transferencia de un único embrión, sin
acrecentar demasiado el embarazo gemelar. He repasado los resultados globales
del año 2012 y obtuvimos un 15% de tasa de embarazo gemelar, lo cual puede
considerarse dentro de un límite aceptable. Y es que para nosotros, tanto
embriólogos como médicos, conseguir una gestación doble no se contempla como un
éxito, sino por el contrario, como un resultado desfavorable. Bien es cierto
que muchas parejas piensan que con un solo ciclo pueden cumplir sus
expectativas de futuro reproductivo teniendo dos hijos. Pero, y obviando las complicaciones de tipo
económico-social que conlleva este tipo de embarazo, existen otras, más
importantes a nuestro juicio, las complicaciones obstétricas, que no hacen de
esta gestación la mejor de las opciones.
Pero además,
existen situaciones en las que la decisión del número de embriones a transferir
se descubre más complicada. Casos en los que la existencia de determinadas
patologías hace impensable que pueda ocurrir un embarazo de más de un embrión.
O cuando la edad de la paciente lo desaconseja. Incluso si la pareja no desea
bajo ningún concepto correr ese riesgo. En estos casos, está bastante claro
para nosotros que tenemos que elegir un único embrión, aún cuando podamos
pensar que puede descender la posibilidad de gestación. Y es en ese tipo de
circunstancias cuando, si hay un número adecuado de embriones de buena calidad,
se puede optar por la realización de un cultivo largo hasta blastocisto. De
esta forma, transferiremos un solo embrión con más posibilidades de
implantación, aunque por el camino detengan su crecimiento más embriones, y se
congelen menos.
En
circunstancias extremas, se pueden transferir hasta tres embriones, ya que la
Ley de Reproducción Asistida lo permite. Solo en muy contadas ocasiones se
realiza esta práctica, puesto que, aunque es difícil el embarazo triple en los
casos en que se realiza, si el gemelar es un riesgo obstétrico, el triple es un
verdadero desastre para nosotros.
Otras veces,
ocurre precisamente lo contrario: la pareja quiere transferirse únicamente un
embrión, y desde nuestro punto de vista recomendamos que sean dos, por las
bajas posibilidades de éxito con uno.
Todo, al final, depende de diversos factores como la edad de la
mujer, la calidad embrionaria, el número de intentos y la patología
previa. Y aunque nosotros aconsejemos,
es la pareja, o la mujer cuando viene sin pareja, los que tienen la última
palabra. Una vez, claro está, que están completamente informados de todas las
opciones y posibilidades de éxito.
Publicaciones anteriores del Diario de una Embrióloga.
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