Hace unos días leí con sorpresa y preocupación la noticia de que
se habían descongelado los embriones criopreservados en un tanque de nitrógeno
líquido, correspondientes a más de 170 parejas.
He de confesar que el hecho me tuvo dando vueltas por la cabeza
durante varios días, sin casi poder creérmelo. Sabes que es algo que no quieres
ni imaginar que pueda pasar, y sin embargo, ha ocurrido.
No conozco los hechos con exactitud ya que la única información
proviene de la prensa, no de una fuente directa y fidedigna, con lo que
solamente sé el final: la pérdida de los embriones, pero no el como ni el
porqué. Sin embargo, no he entrado en consideraciones morales sobre la
naturaleza de los mismos embriones y su destrucción, sino que he pensado en las
parejas cuyas esperanzas se depositaban en ellos. Aquí no hay motivos económicos ni forma
alguna de efecto paliativo. En muchos casos, quizás fuera la última posibilidad
de conseguir una gestación.
No pretendo con estas reflexiones “ahondar en la herida”. No
quiero caer en la tentación de decir que es algo que a nosotros no nos puede
pasar (aunque lo crea firmemente). Pero si me siento en la obligación personal
de señalar que es algo que no tendría que ocurrir.
La reproducción en un centro público debe equipararse a la que
tiene lugar en una unidad privada. Los condicionamientos crematísticos nunca
deben ser óbice para la seguridad. Si este hecho viene o no condicionado por
tales motivos o es simplemente una negligencia es algo que ignoro, pero que, en
el fondo, es lo mismo. Es imprescindible poner los medios adecuados (sistemas
de alarmas y control del nitrógeno líquido) para que hechos así no tengan
lugar. Porque los pacientes confían en nosotros y en que la custodia de sus
embriones está en buenas manos. Y es obligación nuestra demostrarles que eso es
cierto, y que contamos con los recursos necesarios para que continúe siendo así.
Publicaciones anteriores del Diario de un Embriólogo.
ojalá fuera así, ojalá la reproducción asistida en un centro público se equiparara a la que tiene lugar en una clínica privada... pero por desgracia no, no es así.
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