miércoles, 6 de marzo de 2013

LA COCINA DE TAMBRE (DIARIO DE UN EMBRIÓLOGO XXX)



¿Cuántos embriones se deben de transferir?


Una de las preguntas que a menudo se nos plantea en el laboratorio de embriología tanto a los biólogos como a los ginecólogos cuando repasamos diariamente las historias en la sesión clínica, es el número de embriones que debemos de transferir a determinadas parejas.
Lo más frecuente es que se transfieran dos embriones. Esto nos permite aumentar la posibilidad de embarazo frente a la transferencia de un único embrión, sin acrecentar demasiado el embarazo gemelar. He repasado los resultados globales del año 2012 y obtuvimos un 15% de tasa de embarazo gemelar, lo cual puede considerarse dentro de un límite aceptable. Y es que para nosotros, tanto embriólogos como médicos, conseguir una gestación doble no se contempla como un éxito, sino por el contrario, como un resultado desfavorable. Bien es cierto que muchas parejas piensan que con un solo ciclo pueden cumplir sus expectativas de futuro reproductivo teniendo dos hijos.  Pero, y obviando las complicaciones de tipo económico-social que conlleva este tipo de embarazo, existen otras, más importantes a nuestro juicio, las complicaciones obstétricas, que no hacen de esta gestación la mejor de las opciones.
Pero además, existen situaciones en las que la decisión del número de embriones a transferir se descubre más complicada. Casos en los que la existencia de determinadas patologías hace impensable que pueda ocurrir un embarazo de más de un embrión. O cuando la edad de la paciente lo desaconseja. Incluso si la pareja no desea bajo ningún concepto correr ese riesgo. En estos casos, está bastante claro para nosotros que tenemos que elegir un único embrión, aún cuando podamos pensar que puede descender la posibilidad de gestación. Y es en ese tipo de circunstancias cuando, si hay un número adecuado de embriones de buena calidad, se puede optar por la realización de un cultivo largo hasta blastocisto. De esta forma, transferiremos un solo embrión con más posibilidades de implantación, aunque por el camino detengan su crecimiento más embriones, y se congelen menos.
En circunstancias extremas, se pueden transferir hasta tres embriones, ya que la Ley de Reproducción Asistida lo permite. Solo en muy contadas ocasiones se realiza esta práctica, puesto que, aunque es difícil el embarazo triple en los casos en que se realiza, si el gemelar es un riesgo obstétrico, el triple es un verdadero desastre para nosotros.
Otras veces, ocurre precisamente lo contrario: la pareja quiere transferirse únicamente un embrión, y desde nuestro punto de vista recomendamos que sean dos, por las bajas posibilidades de éxito con uno.
Todo, al final, depende de diversos factores como la edad de la mujer, la calidad embrionaria, el número de intentos y la patología previa.  Y aunque nosotros aconsejemos, es la pareja, o la mujer cuando viene sin pareja, los que tienen la última palabra. Una vez, claro está, que están completamente informados de todas las opciones y posibilidades de éxito. 

Publicaciones anteriores del Diario de una Embrióloga.

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