Por fin llegan las tan ansiadas y
merecidas vacaciones. Tiempo para relajarnos y descansar, para aprovechar al
máximo las horas libres y dedicarnos a hacer todo aquello que nos gusta. Pero a
veces confundimos las vacaciones con el abandono de los hábitos de vida
saludables. El estar de vacaciones no ha de ser excusa para no continuar o
comenzar la práctica de algún deporte.
Playa, montaña, ciudad,… cualquier
entorno es bueno para empezar a movernos. Si no estamos acostumbrados a la práctica
de ejercicio físico sería bueno empezar con un ejercicio suave, para ello,
podemos caminar durante 30 minutos a paso ligero pero sin llegar a fatigarnos.
¿Quién no disfruta de un paseo a la orilla del mar? Eso sí, evitaremos siempre
las horas centrales del día para no sufrir problemas por el calor, y
procuraremos estar siempre bien hidratados.
Aprovechando el tiempo que
pasamos en el agua, la natación será una opción muy aconsejable, sobre todo
para aquellas personas que sufran problemas de espalda. Otras disciplinas como
el yoga o Pilates van a favorecer no sólo un buen tono muscular y la
adquisición de buenas posturas sino que nos servirán como métodos de
relajación.
Si hablamos sobre fertilidad
podemos estar preocupados por si el ejercicio va a afectarnos de forma
negativa. Diversos estudios han demostrado que lo que entendemos como ejercicio
moderado es beneficioso, mientras que la actividad física por encima de
determinado umbral es perjudicial para la fertilidad.
La recomendación debe ir encaminada
entonces hacia una práctica moderada, con un tiempo aproximado de 3 horas
semanales, de intensidad media, sin llegar a extenuarnos y siempre controlando
el peso y la proporción de grasa corporal para evitar alcanzar valores por
debajo de la normalidad.
Si aún así te sigues haciendo el
remolón, quizás sea el momento de recordar que el ejercicio moderado tiene una
serie de beneficios tanto físicos como psicológicos y sociales:
- Reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, tensión arterial alta, cáncer de colon y diabetes.
- Ayuda a controlar el sobrepeso, la obesidad y el porcentaje de grasa corporal.
- Fortalece los huesos, aumentando la densidad ósea.
- Fortalece los músculos y mejora la capacidad para hacer esfuerzos sin fatiga (forma física).
- Mejora el estado de ánimo y disminuye el riesgo de padecer estrés, ansiedad y depresión; aumenta la autoestima y proporciona bienestar psicológico.
- Fomenta la sociabilidad
Sabiendo todo esto, ya no tienes
excusa para ponerte en forma este verano y regresar de las vacaciones con
energías renovadas.
Feliz Verano
(Fuentes: Ministerio de Sanidad y Consumo – Guía “Estilo de vida y
Fertilidad” SEF)
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