Según el libro Comida
Antienvejecimiento, de Carmen Centeno Díaz y Jesús A.F. Tresguerres,
responsable de la Unidad de Calidad de Vida en Clínica Tambre, la velocidad de
envejecimiento es distinta para cada individuo, ya que el proceso de deterioro
no se corresponde siempre con la edad cronológica de las personas. La carga
genética influye en parte en la velocidad del envejecimiento, pero en mayor
medida la forma de vida.
La alimentación y el
ejercicio representan los dos pilares que mejoran las funciones fisiológicas
del organismo, e incluso pueden hacer reversibles las funciones que se han
deteriorado con los años. Asimismo, los hábitos dietéticos e, igualmente, el
ejercicio, influyen sobre los elementos oxidantes e inflamatorios del organismo
para convertirse en protectores (antioxidantes y antiinflamatorios).
Todo ello contribuye a
establecer las bases de tratamientos antienvejecimiento, que incluyen una dieta
sana, ejercicio moderado, suplementos alimentarios, etc.
Los autores de Comida Antienvejecimiento nos aconsejan
recoger en nuestra dieta antioxidantes naturales, como el resveratrol
procedente de las uvas, además de realizar ejercicio moderado, reducir la
ingesta de proteínas animales y de grasas saturadas; sin olvidar aumentar los
omega 3 antiinflamatorios, para así retardar la velocidad del envejecimiento.
En definitiva, recordad la necesidad de disminuir las proteínas
y de proporcionar antioxidantes a la dieta. ¡Añadid vida a los años, en lugar
de años a la vida!
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