El embarazo múltiple
En muchas ocasiones, la medicina
reproductiva nos plantea interrogantes éticos que son difíciles de resolver.
Aunque la Ley de Reproducción en España es clara en muchos aspectos, existen
cuestiones que van más allá de la Ley.
Me estoy refiriendo al número de
embriones a transferir y el embarazo múltiple. Es una ecuación difícil,
transferir el número de embriones adecuado para conseguir el embarazo pero
evitando que haya un embarazo múltiple.
En los foros científicos
(congresos, cursos, etc), cada vez más se habla de la transferencia de embrión
único para impedir que haya un embarazado de más de un feto. Y la mayoría de
los profesionales estamos de acuerdo en que en muchos casos, es lo deseable:
mujeres con potencial peligro en el embarazo, edades por encima de los cuarenta
años, etc. Sin embargo, todos nos sorprendemos cuando vemos las estadísticas y
comprobamos que la tasa de múltiples no desciende en las Clínicas de
Reproducción Asistida.
Esta situación se complica cuando
se realiza un cultivo embrionario hasta blastocisto, ya que está demostrado que
un blastocisto tiene más capacidad de implantación, y por lo tanto, la
transferencia de dos embriones en este estado, tiene más del doble de
posibilidades de que sea gemelar que si se transfieren embriones de cuatro u
ocho células.
Y es que el verdadero problema lo
genera la paciente. Es decir, el convencimiento absoluto por parte de la pareja
de que no les importa que el embarazo conseguido sea múltiple. Sobre todo si no
es el primer intento y llevan mucho tiempo queriendo conseguir el embarazo. Se
plantean la situación “social”, pero no la situación médica y las
complicaciones que conlleva una gestación de este tipo.
Y entonces tenemos dos principios
contrapuestos: el principio de la autonomía del paciente y el de no
maleficencia. Sabemos que el primero es primordial, y está por encima de
cualquier otro: las parejas tienen el derecho a decidir sobre su destino
reproductivo.
Pero, al margen de todas estas
disquisiciones, hoy estoy muy triste. Una pareja a la que quiero mucho y que
estaba embarazada de gemelas, las ha perdido a las dos en un difícil parto.
Publicaciones anteriores del Diario de un Embriólogo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario