miércoles, 8 de mayo de 2013

LA COCINA DE TAMBRE (DIARIO DE UN BIÓLOGO XXXIV)




El embarazo múltiple

En muchas ocasiones, la medicina reproductiva nos plantea interrogantes éticos que son difíciles de resolver. Aunque la Ley de Reproducción en España es clara en muchos aspectos, existen cuestiones que van más allá de la Ley.
Me estoy refiriendo al número de embriones a transferir y el embarazo múltiple. Es una ecuación difícil, transferir el número de embriones adecuado para conseguir el embarazo pero evitando que haya un embarazo múltiple.
En los foros científicos (congresos, cursos, etc), cada vez más se habla de la transferencia de embrión único para impedir que haya un embarazado de más de un feto. Y la mayoría de los profesionales estamos de acuerdo en que en muchos casos, es lo deseable: mujeres con potencial peligro en el embarazo, edades por encima de los cuarenta años, etc. Sin embargo, todos nos sorprendemos cuando vemos las estadísticas y comprobamos que la tasa de múltiples no desciende en las Clínicas de Reproducción Asistida.
Esta situación se complica cuando se realiza un cultivo embrionario hasta blastocisto, ya que está demostrado que un blastocisto tiene más capacidad de implantación, y por lo tanto, la transferencia de dos embriones en este estado, tiene más del doble de posibilidades de que sea gemelar que si se transfieren embriones de cuatro u ocho células.
Y es que el verdadero problema lo genera la paciente. Es decir, el convencimiento absoluto por parte de la pareja de que no les importa que el embarazo conseguido sea múltiple. Sobre todo si no es el primer intento y llevan mucho tiempo queriendo conseguir el embarazo. Se plantean la situación “social”, pero no la situación médica y las complicaciones que conlleva una gestación de este tipo.
Y entonces tenemos dos principios contrapuestos: el principio de la autonomía del paciente y el de no maleficencia. Sabemos que el primero es primordial, y está por encima de cualquier otro: las parejas tienen el derecho a decidir sobre su destino reproductivo.
Pero, al margen de todas estas disquisiciones, hoy estoy muy triste. Una pareja a la que quiero mucho y que estaba embarazada de gemelas, las ha perdido a las dos en un difícil parto.

Publicaciones anteriores del Diario de un Embriólogo.

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