I. Dieta
Nadie duda a
estas alturas de la importancia de la dieta en todos los aspectos de nuestra
vida. El mantener una dieta equilibrada nos beneficia tanto a nivel físico como
a nivel psicológico.
Cuando
decidimos buscar el embarazo hemos de plantearnos si la alimentación que
llevamos es la adecuada, así como si nuestro peso corresponde a los límites
normales para nuestra constitución. Tanto la obesidad como el bajo peso
dificultan la probabilidad de quedarnos embarazadas de forma espontánea puesto
que pueden originar trastornos en el ciclo menstrual y en la ovulación.
Siempre se ha
relacionado la necesidad de estar bien alimentado con el periodo de gestación.
En la actualidad, sabemos que la nutrición adecuada debe darse desde los
primeros momentos del proceso reproductivo.
Hay que
especificar que no existen alimentos ni dietas milagro pero una ingesta diaria
equilibrada que incluya los aportes recomendados de vitaminas de los grupos B,
C y E, de antioxidantes y minerales como el hierro y el zinc, ayudarán a
mantener nuestra salud reproductiva.
También es
importante recordar que desde el momento en que comenzamos la búsqueda del
embarazo es conveniente la administración de suplementos de ácido fólico y yodo
para evitar posibles defectos en el tubo neural del bebé.
Estas
recomendaciones no sólo van dirigidas a nosotras. Los hombres también pueden
ver afectada su calidad seminal si siguen una dieta con alguna carencia
vitamínica y/o si tienen problemas de obesidad o bajo peso. En este caso, tanto
la producción adecuada de esperma como la libido pueden verse alteradas.
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