8:00 de la mañana, la Clínica Tambre abre sus puertas para comenzar la actividad diaria. Todo el personal estará ya en sus puestos para ofrecer nuestros servicios. Por delante queda una larga e intensa jornada, ya que nuestra actividad hace que las emociones estén implícitas en el desarrollo de nuestro trabajo, y eso generalmente resulta muy cansado aunque también gratificante.
Nuestro centro siempre está abierto, todos los días del año, aunque los fines de semana y los festivos hacemos un horario más reducido de 09:00 a 14:00 con la intención de hacer el seguimiento imprescindible del tratamiento a nuestras pacientes. Y entre semana el centro abre hasta las 22:00 para conseguir, con ello, proporcionar la máxima cobertura y apoyo a nuestros pacientes.
Lo que ocurre es que muchos de nuestros trabajadores ayer llegaron a sus casas cerca de las once de la noche, lo justo para dormir y volver a estar aquí a primera hora trabajando. Aún así, y gracias a la calidad humana del equipo y a su profesionalidad, todos ellos están ya en sus puestos con una sonrisa. Pues todos aquí sabemos lo importante que es para nuestros pacientes que les atendamos con interés, calidez, y sobre todo con calidad.
Y eso es lo que se intentará hacer a lo largo de la jornada laboral, comprender, empatizar, asesorar, ayudar y sobre todo intentar lograr los sueños de nuestros pacientes; ya que ellos son el verdadero motivo por el que todos nosotros hacemos el esfuerzo de madrugar y de exigirnos el máximo todos los días, para que así nuestra atención sea amplia y profesional.
Por eso hoy Día del Trabajador queremos felicitar a todos los que como nosotros, madrugan, luchan, y se esfuerzan por conseguir avanzar día a día a que nuestro mundo sea un poquito mejor. En nuestro caso queriendo hacer justicia a nuestro lema:
“Un niño sano en casa”
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