miércoles, 11 de enero de 2012

LA COCINA DE TAMBRE (Diario de una Embrióloga, IV)




Acabo de hablar por teléfono con una paciente a la que habíamos transferido dos embriones hace unos días, pero que aún tenía embriones “en observación”, para decirle que habían detenido su crecimiento. Una vez más, he tenido algunos problemas a la hora de explicarle (y que me comprenda), que el hecho de que se hayan parado esos embriones no quiere decir nada respecto a los que se han transferido.
En numerosas ocasiones ocurre que, cuando comunicamos que los embriones que se han dejado en cultivo no siguen desarrollándose, las pacientes piensan que es porque todos los embriones son “malos”, y por lo tanto, no se va a quedar embarazada. Sin embargo, les explico que se seleccionan los dos embriones de mejor calidad para transferirlos, y los restantes, si son de buena calidad se congelan pero si no es así, se dejan en cultivo hasta blastocisto (hasta el día +5 o +6 después de la punción).

¿Por qué hacemos esto? Porque los embriones que no son “buenos” morfológicamente (esto es, tienen muchos fragmentos, o se han dividido poco para el día que les corresponde), casi nunca sobreviven a la congelación y descongelación. Congelar embriones con pocas posibilidades es crear falsas esperanzas de un nuevo ciclo posterior. Sin embargo, dejándolos en cultivo hasta blastocisto, los embriones que realmente no iban a desarrollarse, detienen antes su crecimiento, mientras que los que llegan hasta el día +5, y alcanzan ese estado, se congelan.

Entiendo que este procedimiento es bastante difícil de comprender. Máxime cuando la calidad morfológica de los embriones es un aspecto meramente orientativo. Pero es lo único con lo que contamos para distinguir la capacidad implantatoria de un embrión, ya que un embrión de buena calidad tiene más posibilidad de implantar que otro con un alto grado de fragmentación. Pero como la biología no es una ciencia exacta, han nacido niños preciosos procedentes de embriones que tenían una mala calidad morfológica. Y por el contrario, se han encontrado anomalías cromosómicas en embriones morfológicamente normales.

En fin, seguimos aprendiendo cada vez más e intentando aplicar nuestros conocimientos, para conseguir el tan deseado embarazo.

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